martes, noviembre 07, 2006
Cada vez que llegan las tormentas, cada vez que nuestro mundo se derrumba, anhelamos una tregua , un chance para poder calmarnos, para volver a ser como antes.Y cada vez que vemos por fin abrirse el cielo y asomar un rayo de sol tibio, sentimos que al final el buen tiempo nos acompañará nuevamente y nos devolverá toda la esperanza.
Cuando sentimos que nuestra alma vuelve a sentirse viva y el corazón vuelve a palpitar y ambos se acoplan en un solo cuerpo, todo lo que vimos negro y sin salida , recobra el color y nos trae nuevamente el camino correcto a seguir, desvaneciendo las ganas iniciales de dejar este mundo y viajar al infinito, a ese otro mundo en donde sabemos que encontraremos la paz eterna.
Comenzamos a energizarnos , a darnos fuerza para seguir con más ganas hacia delante, para donde sabemos que a lo mejor seremos felices, en donde nos queremos quedar, dar una nueva oportunidad y a buscar nuevas técnicas para continuar viviendo con lo poco o con lo mucho que nos ha quedado.De esta manera es como me puedo a volver a sentir viva, a observar que el sol y la luna siempre estuvieron ahí, en el cielo infinito acompañándome día y noche, a volver a extasiarme y a sentir la dicha de un amanecer nuevo. A sentir que respiro, y que cada día que pasa me renueva con la energía que emite. Que al llegar la tarde voy a entregarme al descanso que tanto esperé y que el anochecer con todo su silencio, me envolverá brindándome la tranquilidad necesaria para cerrar mis luceros y encarar un nuevo día con toda mi fuerza de mujer...
Cada día que renace es un desafío, aunque suene algo ilógico, pero sin lugar a dudas así lo es, y no es en vano, pues es la mejor prueba de ser mejores, de ponernos metas y de luchar por lo que queremos. Por nuestras familias, por todos nuestros seres queridos, por el ser que amamos y que nos apoya en todo, por nuestros destinos; en definitiva por nosotros mismos.Es difícil levantarnos a veces y recoger todo lo que tiró la tormenta.
Es difícil unir nuestro mundo cuando se ha quebrado y volver a parcharlo y dejarlo como nuevo, si, es verdad, es difícil para unos más , para otros menos, pero a pesar de todo lo que implica, ya sea nuevamente tomar ganas y estar convencidos qué es eso lo que queremos, que podemos lograrlo porque somos humanos y tenemos la fuerza para salir a delante como sea.
La capacidad la tenemos, aunque no nos demos cuenta muchas veces y pensemos por nuestros mismos miedos, por nuestros mismos conflictos, por nuestras mismas inseguridades que no lo lograremos, no!!! No es así, estamos capacitados para levantarnos después de cada caída, es inevitable.
Somos guerreros, algunos de pueblos bajos , otros de grandes castillos ; no importa, guerreros al fin.
Cuando sentimos dolor en nuestra alma, y me refiero al que más duele , al del corazón , al de las emociones , al del cariño. De la pérdida de un ser querido, de un hijo, de un padre o madre, de un amigo querido o bien la pérdida de un gran amor; son incomparables y nos parte en dos el alma y hasta hace tambalear nuestras convicciones y a replantearnos, qué hice mal, en qué fallé o bien por qué el destino me hace esto. Son las constantes preguntas que nos planteamos cuando las cosas llegan de improviso y no encontramos una respuesta lógica.
Muchas veces me las he expuesto, y muchas veces no tengo las respuestas necesarias para dilucidarlas, porque la visión se nubla y la conciencia y el raciocinio se autobloquean por el dolor reinante.No sabemos qué hacer, cómo actuar , cómo afrontarlas y muchas veces tendemos a lo más fácil, a arrancar , a no dar la cara, a buscar miles de excusas por no expresar lo que verdaderamente nos pasa , lo que sinceramente debemos decir o hacer, porque sentimos miedo a vernos a nosotros mismos reflejados en el espejo de nuestras mismas falencias, de nuestras mismas inseguridades. Es así, es muy lógico y muy humano, pero no justificable.
Tenemos que aprender a ser un poco más consecuentes con lo que decimos y hacemos, a no causar dolor a quién no se lo merece por nuestros propios egoísmos, porque al final de todo, siempre los que nos quedaremos con el dolor mayor vamos a ser nadie y nada más que nosotros mismos y al pasar del tiempo, durante esos recuentos que nos hace la vida en muchas ocasiones, miraremos hacia atrás y queramos o no, nos veremos oscuros, vacíos y hasta en la soledad más absoluta, porque todas las personas se fueron alejando y mostrándonos indirectamente , todo lo que hicimos mal y lo equivocados que estábamos.
Es demás decir que es lección de vida, someternos a los distintos exámenes que se nos pasan. Lo importante es llegar a ser nosotros mismos, y a estar conformes con todo lo que nos ha regalado la vida y todo lo que nos regala a diario, porque ella está llena de regalos que a veces ni nos damos cuenta que se nos entregan en bandeja de plata y no los tomamos.
Si queremos gritar, gritemos; si queremos reír, riamos; si tenemos que llorar, lloremos; si nos queman las ganas de amar, amemos; con toda la fuerza de nuestro ser. Seamos auténticos, originales y no temamos arriesgarnos a lo que viene. No dejemos pasar el amor verdadero cuando sabemos que ese que está en frente a nosotros es ese y no hay otro. Porque lo olemos, porque lo presentimos, porque nos hace bien.
Brindémonos y dejémonos de ser cobardes, pues lo único que conseguiremos con eso es estancarnos y ser infelices.Veamos las situaciones con los ojos de la objetividad , el decoro y la cordura , pensando que aún se puede rescatar lo que se trizó en algún momento y alejar y botar lo que no nos sirve, lo que nos hace retroceder, lo que nos hace daño y por lo mismo, lo que ya no se puede volver a arreglar porque nos hizo demasiado mal.Creo que en definitiva ser felices depende de nosotros mismos, luchando por lo que queremos y no escondiéndonos como ladrones.
Es magníficamente gratificante sentir que podemos hacer feliz a los nuestros y sobre todo al ser que amamos y que es recíproco; si, nada más maravilloso.
Por lo mismo si sentimos que el amor tocó nuestras almas y nos sentimos enamorados alguna vez, saquemos los miedos, lancémoslos al mar de los sentimientos , no los escondamos y sintamos la dicha de un nuevo día junto a la persona que de corazón queremos y amamos ya que tenemos todas las fuerzas y las esperanzas que saldrá de la mejor manera, esperanzados en las miradas de ambos, ilusionados en el alma de ambos, con las fortalezas del cuerpo de cada uno y por el poder que da la creación al unir las manos de ambos , convirtiéndose en una sola alma cuya sublime energía bastará para mover al cosmos entero.
Las tormentas pasan y nos quedan las esperanzas y los mejores tiempos para vivirlos juntos, aunque ahora las nubes aún se vean.
No perdamos la oportunidad que nos da la vida una vez más de ser nosotros mismos, de ser más humanos en este mundo tan individualista, de crecer, de mejorar y por qué no de lograr al final del camino a ser felices con nosotros mismos y con los demás.
Está en nosotros alejarlas, sin duda.
Tenemos las ganas, tenemos las fuerzas, tenemos la razón para levantarnos y que las cosas se den lo mejor posible.Estoy convencida, no es tan difícil si hay ganas y compromiso.
Estoy convencida de que el sol una vez más brillará para todos...para mi...espero, sólo tengo que alejar la tormenta.
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1 comentarios:
si todo pasa asi como lo describes, las cosas y las dichosas tormentas tambien pasan es el mejor momento es mas me interprete con tus palabras justas en la medida que llegan y me hacen pensar.
Mujer gracias!te dejo
1 beso
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